Tardes con Margueritte.
Marie-Sabine Roger. Duomo, 2009.
Germain, cuarenta y cinco años, casi analfabeto, hijo poco querido y escolar humillado, pasa el tiempo haciendo algunas chapuzas o cultivando en el huerto. Desconfía de aquellos que han estudiado, de los libros y de las palabras difíciles. Pero una tarde, en el parque, conoce a Margueritte, una vieja dama que está sentada en su banco favorito, y descubre que comparten un mismo pasatiempo: contar pájaros. Entre ellos nace una amistad improbable. Margueritte es una mujer culta, que parece no percatarse de las cosas que él ignora y que le propone leer un libro en voz alta. Germain, por educación, acepta.
El libro salvaje, Juan Villoro, Ed. Siruela, 2009
Juan ya tiene planeadas las vacaciones de verano. Sin embargo, su madre ignora sus planes y lo deja en casa de tío Tito, un bibliófilo empedernido que come con la boca abierta y adora las arañas porque lo protegen de los mosquitos que lo distraen en sus lecturas. Ahí, escondido entre los miles de ejemplares de la biblioteca de su tío, Juan tendrá que encontrar El libro salvaje, un libro rebelde que se resiste a la lectura y que guarda entre sus páginas un secreto destinado al lector que sea capaz de atraparlo.
La casa de papel, Carlos Mª Domínguez, Ed. Mondadori
Este libro habla de locuras provocadas por los libros, por su lectura masiva y su tenencia en grandes dosis. Locuras que pueden conducir a accidentes, a la construcción de casas de papel, a obsesiones insanas, quizá al asesinato... Pero también a la pasión, al lado más emocionante y peligroso de la vida
Mendel el de los libros, Stefan Zweig, Acantilado, Barcelona, 2009.Versa sobre la exclusión, y retrata la Viena nazi a través de un personaje, Jakob Mendel, extraño ser, librero de profesión, que vive ensimismado en una realidad diferente y opuesta a la de sus contemporáneos.
El personaje de Mendel, no se narra a sí mismo, no piensa en párrafos, a penas habla, son los que le rodean los que lo describen.
Tan importante como el personaje, es también en esta novela el lugar, un café Gluck en el que se ve la transición de una época. Encontramos la metáfora en la propia remodelación del café, su cambio de dueño, y con ello, el cambio brutal de época histórica.
La novela concluye con estas líneas: «Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda la existencia: la fugacidad y el olvido».
OLVIDO GARCÍA VALDÉS
Para terminar la sesión leímos unos poemas de Olvido García Valdés, poeta nacida en Pravia, de lo que os invitamos a escuchar varias de sus creaciones recitadas por ella misma
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